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BURDEOS, LA PERLA DE AQUITANIA

LA BELLA DURMIENTE QUE SE DESPIERTA

Burdeos, o Bordeaux en francés, es una de las ciudades más importantes de Francia. Conocida como la pequeña París por la cantidad de casas y edificios que recuerdan a la capital del país, cuenta con una población, incluida toda su área metropolitana, de unos 720000 habitantes. Es la gran capital del suroeste francés, y una de las grandes desconocidas para muchos españoles como destino turístico. Se puede llegar en avión fácilmente desde varios puntos de España, pero también es relativamente sencillo el viaje en coche. En nuestro caso, desde Alicante a la capital de la Aquitania tuvimos que recorrer unos 1000km. En el país vecino se la conoce como la bella durmiente porque durante mucho tiempo no supo mostrar toda su belleza arquitectónica y monumental, pero eso ha cambiado en los últimos años, y desde 2007 forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Ahora es una ciudad muy pero que muy despierta y viva, de lo que pudimos dar cuenta en primera persona.

Los barrios de Saint Michel, Saint Pierre y el “nuevo río Garona”.

Llegamos allí a mediodía, dispuestos a disfrutar de la ciudad durante un largo fin de semana.  Y decidimos hacerlo de la mejor manera: paseando, callejeando, descubriendo plazas y callejuelas.   Empezamos nuestra visita por los barrios de Hôtel de Ville-Quinconces y Capucins-Saint Michel. El conjunto arquitectónico que forman el Ayuntamiento (Hôtel de Ville) y la Catedral de San Andrés es impresionante: la segunda fue inicialmente construida en el siglo XI, aunque el aspecto actual se lo da la reconstrucción llevada a cabo en los siglos posteriores, siendo finalizada en el siglo XVI. El palais Rohan, sede del ayuntamiento, es el otro edificio que completa esta magnífica plaza. Y de ahí nos adentramos en el barrio de Saint Pierre, en lo que fue la ciudad medieval, y donde todavía se conservan seis magníficas puertas. No llevábamos ninguna idea prefijada, así que fuimos dejando que nuestra intuición nos guiara. Queríamos llegar hasta la iglesia de Saint Michel, con su “flecha” (una curiosidad que consiste en que el campanario no se encuentra en la misma iglesia sino en un edificio independiente), pero no teníamos ninguna prisa, así paseamos por muchas de las estrechas calles típicas de ese barrio, a veces desembocando en coquetas plazas, la mayoría con un encanto difícil de describir. Y fue así, hablando mientras paseábamos, que nos dimos cuenta de algo que nos impresionó: la cantidad de gente que había por toda la ciudad. Es verdad que hacía un tiempo estupendo, pero sorprendía de veras. Así que recorrimos todo ese barrio descubriendo calles, fachadas y tiendas, muchas tiendas, repletas de gente joven con ideas innovadoras y buenos productos. Es un barrio vibrante que explica en parte el cambio que ha experimentado la ciudad en los últimos veinte años. Pensamos en pararnos en cualquiera de las decenas de las cafeterías que vimos, pero decidimos continuar con nuestro paseo hasta el barrio de  Saint-Michel. Así vimos dos de las magníficas puertas de la ciudad, otro de los grandes atractivos de la ciudad: la puerta de San Eloy o Grosse Cloche (Gran Campana) y puerta de Aquitania. De ahí fuimos hacia el barrio de Saint-Michel, donde todo gira alrededor de su iglesia y su flecha, aunque también nos llamó la atención el cambio de gentes y comercios: si quieres encontrar alguna especialidad tunecina, argelina, marroquí o de cualquier otro país con influencia francesa en el pasado, este es el lugar adecuado.

Sin embargo, un sol tan espléndido como el que brillaba ese día nos dirigía indefectiblemente hacia el río Garona. Así que dejamos atrás el Mercado de los Capuchinos y nos encaminamos hacia otra de las zonas que más ha cambiado en Burdeos: el río.  Y allí anduvimos bordeando la “nueva Garonne”, a rebosar de gente, con un ambiente extraordinario y disfrutando de las vistas y los monumentos: Pont de Pierre, Place de la Bourse y la tercera de las puertas, la Porte Cailhau. Llegamos hasta la Place Quinconces, uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, una de las plazas más grandes de Europa y donde se encuentra le Monument aux Girondins, una gran fuente en cuyo centro se alza una columna coronada por una estatua de la libertad. Con ganas de reponer fuerzas, y de camino a casa, atravesamos la place Tourny (en honor al marqués que modernizó la ciudad en el siglo XVIII), la plaza des Grands Hommes hasta llegar a la plaza Gambetta, donde nos sentamos al inicio de la bella y señorial  Cours de l’Intendance, justo al lado de la Casa de Goya en la ciudad francesa y actual sede del Instituto Cervantes.  La jornada acabó de la mejor manera, con una espectacular cena en el restaurante Le Davoli, en pleno centro histórico de Burdeos. Es un restaurante coqueto y elegante con muros de piedra. El servicio es exquisito, y la cocina excelente por la calidad, la cocción y la presentación de los platos (http://www.ledavoli.com/).  

Centre Ville, Chartrons y Les Halles-Bacalan

La segunda parte de nuestra estancia en Burdeos trascurrió entre los barrios del Centro (Centre ville), Chartrons y Les Halles-Bacalan. Después de desayunar atravesamos otra de las puertas de la ciudad, la porte Dijeaux, para dirigirnos a la impresionante librería Mollat, cerca de la place Gambetta. Es una de esas librerías que cuesta encontrar hoy en día, tanto por sus dimensiones como por la variedad que ofrece. Si te gusta la lectura, no puedes dejar de entrar. De ahí empezamos nuestro paseo de nuevo por la lujosa Cours de l’Intendance, y fuimos callejeando hasta llegar a la Grand Opéra de Bordeaux, un imponente teatro inaugurado en 1780, de estilo neoclásico, y situado en la también imponente Place de la Comédie. Enseguida giramos a la izquierda para encaminarnos al barrio de Chartrons, bordeando primero la place de Quinconces y después uno de los parques donde los habitantes de Burdeos acuden cuando luce el sol, el Jardin Public.  Después de atravesar una buena cantidad de consulados en elegantes edificios, llegamos a Chartrons, un barrio que sufrió el abandono y la mala reputación en la segunda mitad del siglo XX, pero que entrados en el nuevo milenio ha sido objeto de numerosos planes y proyectos con el objetivo de renovarlo, rehabilitarlo y  darle una nueva vida. Hoy, todavía en proceso de conseguirlo, es un barrio vivo repleto de anticuarios, artistas noveles, estudiantes y acogedores bistrots, presidido por la imponente iglesia de St Louis.

A continuación decidimos continuar nuestro paseo por la fachada del río, junto a los hangares que forman un inmenso centro comercial por un lado y las escuelas universitarias y oficinas por el otro. De nuevo con la sensación de que estábamos en una ciudad joven, emprendedora y tremendamente activa, seguimos caminando hasta la Cité du Vin (Ciudad del Vino), ya en el barrio de Bacalan. Es un edificio vanguardista en honor, no podía ser de otra manera, al producto que históricamente ha dado a la ciudad un prestigio internacional. Justo en frente del museo encontraréis Les Halles de Bacalan, un mercado gastronómico cubierto donde los puestos sirven comida. Por supuesto, hablando de comida típica, hay que probar los famosos “Cannelés” de Burdeos, unos pequeños bizcochos de los que podéis ver una foto más arriba. Ya por la noche decidimos volver al barrio de Saint Pierre, el corazón de la ciudad, esta vez con la idea de degustar quesos y vinos, aunque tampoco pudimos resistirnos a la tentación de probar las famosas ostras de Arcachon. A continuación, os detallamos los restaurantes-tabernas donde nos regalamos: 

Le Wine Bar https://www.lewinebarbordeaux.com
Voilà, bar à vins du monde https://www.facebook.com/voilabaravinsdumonde/
Bistrot des frérots: https://www.facebook.com/Le-Bistrot-des-Fr%C3%A9rots-397854950635362/
Le Comptoir fromager: https://www.facebook.com/Le-Bistrot-des-Fr%C3%A9rots-397854950635362/
L’Embarcadère http://embarcadere-bordeaux.fr

Ya sea en avión desde algunas de las ciudades españolas con vuelo directo a Burdeos, ya sea en coche como hicimos nosotros, atravesando el País Vasco de los dos lados de la frontera y la región de las Landas, la capital de la Aquitania es un tesoro cercano que no te puedes perder. Por un sinfín de cosas: por ser Patrimonio de la Unesco desde 2007, por su belleza, elegancia y señorío, por ser una ciudad vibrante y llena de vida, por ser una urbe joven y estudiantil, por ser la capital mundial del vino o por todo lo que se puede visitar en sus alrededores . Cualquier razón es buena para pasar unos días en Burdeos. En una palabra, imprescindible.

Página web oficial de la oficina de turismo de Burdeos en español: https://www.burdeos-turismo.es/

Nota: En otro post nos detendremos en la visita que hicimos en nuestra tercera jornada a Saint Emillion, un precioso pueblo vitivinícola medieval, con más de 100 Châteaux (bodegas) en los alrededores.

AUTOR:PINK MARTINI

CANCION: SYMPATHIQUE (Je ne veux pas travailler)

Ma chambre a la forme d’une cage
Le soleil passe son bras par la fenêtre
Les chasseurs à ma porte
Comme les p’tits soldats
Qui veulent me prendre
Je ne veux pas travailler
Je ne veux pas déjeuner
Je veux seulement l’oublier
Et puis je fume